8.27.2011

Y aquí estoy...

Delante de un señor con una camiseta de Franz Kafka. Qué me moló a mí una novela suya, La Metamorfosis. El otro día soñé que mi hermano pequeño era una oruga morada gigante y yo lo tenía que salvar. 

-

Pues bien, hoy me ha llegado un recuerdo de otro tiempo. De cuando el caimán se dedicaba a aburrirme. ¿Qué habrá sido de él? Ya como que no me importa. Ayer, hablándolo con un individuo y (es demasiado especial para que sea un individuo x) me estuve acordando de lo mala que era yo de niña. ¿Yo, buena? Ni durmiendo, decía. Cuanta razón, que acabé dándole consejos para ser un cabrón a mi mejor amigo, porque a mí, así siempre me ha ido bien. ¿Pues sabes qué? Que aparte de estar hablándole a una pared, me están cayendo mis propias palabras encima. Mira, mejor dejémoslo. No, no hablemos de esto. 

Que asco de mundo, por favor. Se está muriendo mi abuela ingresada en el hospital, y nada más que hace dar órdenes "traeme esto, hazme un caldo, cómprame bragas..." Se está muriendo y la agonía la padecemos más la familia que ella. Que coñazo, y pensar que mi madre se está volviendo igual con los años. Lo he dicho ya, yo antes de volverme así me suicido. Que quiero mi mente tal y como es, joven y sana. Bueno, sana... Si me pillase un buen psicólogo, sabría forrarse conmigo. El dinero es el dinero.

Aunque eso de eliminarme, así por las buenas... Hace poco, me dijeron que no me iban a dejar. Me quedé un poco ¿cómo?. Pero a la vez, me sentí un poco mal, un poco... No sé. Mal. Porque era una persona radicalmente diferente a mí. Si tuviese un blog como el mío en vez de Obscura sería Lux. Me gusta. Creo que ambos estamos en otro nivel, en el de Dioses. 

See you soon, 
Mar.