Being alive is either a gift or a curse.
-
La historia es preciosa, la mente humana ha ido evolucionando tanto y dado tantos giros a lo largo del tiempo que es casi imposible no sentirse identificado con una corriente de pensamiento ya existente. La filosofía abarca casi todas las preguntas que podríamos habernos hecho jamás. Y es maravilloso cómo a la par que se desarrollaba la industria o comenzaba una guerra, iba cambiando la perspectiva general que tenemos sobre la vida y la muerte.
Nuestras madres nos han hecho el mayor regalo que podrían habernos hecho nunca: la vida. Siendo conscientes de nuestra propia perspectiva, también lo somos de los infinitos puntos de vista de todo aquel que nos rodea. Tenemos la libertad de sentir y agradecer, de aprender la historia detrás de nosotros, y tenemos la oportunidad de formar parte de la historia en el futuro.
Pero al igual que se nos entrega la vida y su historia, se nos entregan dudas sobre la verdadera utilidad de ésta. Si al final morimos, qué importará la historia. Si la historia entera se resume al intento de nuestra especie por multiplicarse y conseguir poder sobre otras vidas que no son la nuestra.
La revolución industrial hizo que la calidad de vida se optimizase para continuar expandiéndonos. Los avances en medicina, para prolongar la vida.
Eran los curiosos los que descubrían cómo crear la luz, la electricidad, las medidas del tiempo, las teorías sobre el espacio. Eran los curiosos los que han aprovechado el regalo de sus madres para explorar la Tierra y satisfacer su mente inquieta antes de morir. El arte pasa a la historia, tiene capacidad para satisfacer al artista al igual que al público. Al igual que la química. Personas como Descartes, Tesla o Munch posiblemente se hallan sentido más realizadas de lo que jamás podríamos sentirnos el resto de mortales, preocupados más por nosotros mismos que por la belleza de este pequeño lugar donde vivimos.