Vamos a exponer el estudio intensivo de la anatomía de los habitantes del planeta Tierra. Ante todo, debo decir que ha sido un honor que nuestro equipo de investigación y el ejército aéreo hayan unido sus causas para el estudio de estos peculiares seres, nuestros vecinos.
En primer lugar destaca la diferencia morfologica entre, en general, los seres vivos e inertes de este planeta y las creaturas del nuestro, Kivalee.
En oposicion a la forma poligonal impecable de todo en nuestro planera, donde la geometría forma una gran armonía, los seres humanos presentan muchas formas cilindricas imperfectas, como es el caso de las extremidades y el tronco. A pesar de que no hemos podido identificar a qué se debe que unos humanos tengan un cilindro amorfo y dos esferas aún más imperfectas, y otros humanos tengan bolas que en función del tamaño se ven afectadas más o menos por la gravedad, lo que está claro es una cosa: Ni rastro de armonía física.
Por otra parte, la movilidad de éstos consiste en mover los cilindros pegados al tronco. Nuestra movilidad es mucho más avanzada, el cuerpo adopta la forma necesaria de prisma correspondiente a cada caso.
El cuerpo humano es casi opaco, una capa protectora de color variante en las poblaciones deja entrever, a veces, una amplia capa de ramas en capas más profundas.
En la investigación más detallada y profunda hemos podido observar un ridículo sistema de "curación" de algo que llaman Cáncer y se dice que es maligno. Lejos de la nocividad, el cáncer consiste en la formación de células fractales en el interior humano. Esto es claramente una amenaza a nuestra civilización, es lo vivo más parecido a nosotros que hemos podido encontrar.
Con respecto a estructuras geométricas hay que destacar un brote de diamante y corindón, bien conocidos como nuestros más antiguos ancestros. Es tal el odio que los humanos sienten por la perfecta geometría que pulen y mejoran estos brotes naturales, para humillarlos y exponerlos como posesión valiosa, impidiendo que se reproduzcan a la vez que diezman las poblaciones.
En conclusión, el planeta tierra aún no nos ha avistado, pero debemos estar preparados para una posible guerra en un futuro.
Gracias de nuevo por seleccionar a nuestra élite científica para el estudio de los terrícolas.
Nos despedimos y les esperamos en la próxima conferencia.