Ella es como un delirio, pasa por tu lado como un suspiro y cuando quiere irse, se desvanece. Ahora mismo duerme, y yo me pregunto si estará durmiendo boca abajo como si quisiese dar la espalda a mi intento de imaginar su cuerpo tendido.
Cuando comparte su risa conmigo me abre las puertas de Sión.
Cuando comparte su melancolía, saca a mi propio Cerbero de paseo y deja que me muerda.
A veces veo a través de sus palabras, como si fuesen una vidriera casi transparente, como un millar de agujas apuntando a mis ojos. Otras, las agujas caen al suelo convirtiéndose en hierba y enredaderas. Quiero poder verlo todo como si la cristalera fuese transparente, pero matices de color e imperfecciones me impide apreciar ese misterio por completo.
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Le cuento muchas cosas que nadie más sabe sólo para que pueda dormir, le explico las imágenes reales tras la cortina de humo de estas líneas.
Ella es como si fuese yo, así es como lo siento a veces.