4.22.2013

Escóndete

Tan solo espero que la sangre con la que dibujo te salpique entre los dedos, mucha buena intención para hacer algo para alguien que pide mucho menos. Todos los desgarros en mi piel son un recuerdo y las cicatrices están abiertas bien adentro. Quiero dar todo a quien no pida, confiar en las palabras que mi corazón escriba, porque si hay algo más honesto que mi corazón apuesto a que es mi saliva. Es un secuestro y mi alma divaga perdida entre el polvo, buscando alguna cerilla con la que quemar los restos de una bala perdida que se encierra entre sí mismo y sus pesadillas.

Su vida está entre los cristales de un lugar frente a la orilla de un mar donde yo casi pierdo la mía y busco entre las paredes un hueco que me sirva de salida de un mundo donde yo sola me atreví a entrar. Dejándome la ropa en las esquinas de la condena a la que he sido sometida, cadena perpetua desde verano y las llaves están hundidas por ahí, perdidas, en los ojos de un misterio que desconozco, que pronuncia mi nombre para llamarme por el suyo, y yo no sé ya ni donde se esconde.