9.07.2011

Cosas que...

...me dejé en el tintero a la hora de escribir la entrada de abajo:

Y con respecto a la entrada que acabo de escribir. Ahora leyendola, me veo con el agua al cuello. Y es un atropeyo tantos coches y tanto cambio de camino, tanto recálculo de ruta, como dice el gps de mi padre.Aunque para cálculos, las piedrecitas estas que salen en el riñón. ¿Se llamaban así? A mí me están saliendo en el alma.

De las ganas de llorar por algo que sé mas que de sobra que voy a perder, y lo acepto. Pero no es como la muerte, que ya ni es para mí ni para quien se muere, ya la propiedad es de la Tierra. No, no. Es porque lo que temo perder no es siquiera mío, es del viento. Y ya se va con el viento cuando quiere, me cansan las palabras que hacia mí se vuelven como puntas de flecha.

¿Quien fue el que me lo dijo? El individuo que más molestia se toma por deshilachar cada renglón que escribo, supongo. Que hay cierto matiz de miedo, o de melancolía, cuando te lo pasas bien sólo en ese momento irrepetible.