1.11.2012

Vacío.

Cerré los ojos, vi un amanecer de luz clara... Un amanecer nublado, yo en la arena, un cuerpo tumbado de espaldas frente a mí. Lo toqué y era caliente, pero fui a abrazarlo, era frío. Cuanto más lejos estaba, más cerca quería el cuerpo que yo estuviese a su lado. Y si me acercaba, se iba tornando frío. Un espejo me dijo que el tiempo pasaba muy rápido, aunque no en mi cuerpo, todo sigue siendo igual. En mi mente, hay un barco que viaja y cambia de ideas, como de pasajeros, y de mares.

Hoy no navego, quiero quedarme en contra de la corriente, estancarme, detenerme, soltar un ancla que me haga ser un barco en un mar, firme y fuerte ante las olas. Pero, que va... Soy el agua que se cuela en los barcos que se hunden. Adopto formas, fluyo y escapo. Por más que quiera, la corriente me marca un rumbo, una dirección. Es como si, tras estar unida al otro cuerpo, me atasen y tirasen de mí en contra de mi voluntad. ¿Que quiren quitarme? ¿A dónde se lo llevan? Algo se está comiendo mi corazón, se lo está llevando. No es monotonía, no es tristeza, no es enfado, no es nada bueno, nada malo. 

Miro al cuerpo, cálido bajo el sol. Pero sin embargo, detesto esa parte fría que tiene. Las pertenencias de las personas no denotan poder, sino estupidez. Ghandi me entendería. Pero ¿yo que le hago? Sentir sólo en que clase de mundo me he ido a caer... Quisiera subir de nuevo, para ver que otras opciones tuve antes de lanzarme aquí. ¿Fue el mar, que me llamaba? Sí, y tambien la tierra. Los que ni me llamaron ni me entendieron, son los humanos. No los quiero, los rechazo. Es muy emo aquello de "odio el mundo". Yo más bien, odio a las personas, aquellas que no me aportan nada, las odio. No son personas, si no piensan. Me siento vacía, salgo a la calle y solo veo corazones zombies en personas materialistamente zombies, sólo veo cerebros que no piensan. Si estos son los humanos, y yo soy una humana, Tierra, trágame.