Como ya escribí una entrada antes, prefiero ir al Infierno antes que al Cielo. La verdad es que no creo en ninguno de los dos, pero poniéndome en la hipotética situación de que existiese...
He visto muchas familias yendo a misa. Allí había que estar callados y rendir tributo a un Dios crucificado. ¿Por qué? Aquel hombre dio la vida por unos valores, por respeto, igualdad ante razas, sexo y edad. Tolerancia y compasión, sinceridad, generosidad. Todos esos valores están corrompidos.
No veo respeto, vivo en un mundo donde los programas de televisión con más audiencia son basura, donde las personas del plató se insultan entre ellas y no mantienen el turno de palabra. Vivo en un mundo donde el machismo se disfraza, veo anuncios como los de Actimel donde sale una mujer como ama de casa, haciendo las tareas domésticas y encima yendo a trabajar. ¿Eso es igualdad? Es decir, a mí el anuncio ese me estremece, ¿por qué la mujer es la que trabaja y lleva la casa? En mi casa, son mis padres los dos, los que trabajan y mantienen la casa. Otro anuncio de Skip es denigrante: llega el día de la madre, y como regalo se les ocurre poner el detergente más barato. ¿Eso que es? ¿Para decirles: Toma, limpia? A ver si para el día del padre hacen algo así. Luego, aquello de operarse para vernos mejor... Ni que naciésemos defectuosas. Y luego quedan expresiones curiosas. Si algo va mal, o cansa... es un coñazo. Si es genial, es la polla, es cojonudo. Si la mujer es hermosa, tiene que demostrar que es inteligente. Y el hombre, es como el oso, cuanto más feo, más hermoso. Y lo que es para llevarse las manos a la cabeza, lo peor de todo: El machismo consentido por las propias mujeres. Si a los hombres les atraen las mujeres con el vientre plano, pues se ponen fajas reductoras (cada vez las venden en más sitios). Si a los hombres les gustan los pechos grandes, pues relleno y escote (como un escaparate). A mí me gustan los rabos y no voy viendo a la hora de elegir novio el tamaño que más me gusta, es más bien un "lo que toque, tocó, y confórmate".
La igualdad de razas es algo que veo ahora más aceptada, sin embargo aún hay dichos como "trabajo de chinos", "¿y yo que soy, negro?" y más frases por el estilo. Sí, pertenecen al habla coloquial pero tienen una carga curiosa.
¿Y la igualdad de edades? Véase el típico abuelito, al cual no culpo de nada porque ya está entrado en años y desvaría, que va mandando callar a los niños de un parque. Ayer precisamente vi un matrimonio hablando, y el niño le estaba pidiendo al padre que por favor, hablase también con él, que se aburría. Pidiéndoselo por favor. Me entraron las ganas de hablar con el pobre niño, a ver si el padre le decía que no hablase con desconocidos.
En cuanto a la tolerancia, no la encuentro ni levantando piedras, ni detrás de los espejos, ni en ningún sitio. ¿Cuánta gente habrá que cree que sus ideales son mejores que los de otras personas, y por ello tienen que rectificarlos? ¿Cuántas son las personas que creen que el mundo sólo tiene salvación si toda la población pensase de la misma manera que ellos? Es triste, pero cierto. Hay muchas personas que son morales, y saben cómo comportarse en las situaciones. Personas que pretenden ser justos por encima de todo, y está genial por su parte, siempre que no se olviden de que hay personas que no son como ellos. La tolerancia les ayudaría a respetar a las personas que no son así.
La compasión murió gracias a Nietzsche. Y por ello vemos pisos vacíos que el Estado no puede pagar, mientras hay cada vez más gente en la calle, hurgando en las basuras de otros que aún conservan sus casas.
Y esas familias, a las que me refería antes, que van a misa y se arreglan. ¿Son tolerantes, generosas, sinceras? Porque al menos las muchas que yo conozco se dedican a hacer de sus vidas una apariencia contínua, donde nadie les conoce realmente, ni se quieren conocer a sí mismos. Pierden horas de su vida al dedicárselas a un Dios que ha muerto por los valores que ellos están corrompiendo.
Observando a estas familias, me he dado cuenta de qué clases de valores son los que priman en la sociedad actual. Por lo visto, la mentira, el engaño y las apariencias tienen que camuflar nuestra verdadera manera de ser. Hay personas que te miran bien, y te tratan con respeto, y es estupendo hasta que te das cuenta de que no te pueden ver y han sido más falsas que un judas de plástico contigo (como dijo mi amigo Carlos). Llegó el momento de sentirme tonta por haber creído en la falsedad de las personas. Pero luego me percato de que, todo eso, les servía para que las personas piensen bien de ellos. En cierto modo es comprensible, ¿no? "Mira esa familia, siempre tan correcta" y cambiarán de tema, porque no tienen nada por lo que criticar, salvo (perdonad si me repito) ese asqueroso engaño.
Yo no entro en ese juego porque ni creo realmente en un Dios, ni pienso poner en mi vida una cortina de valores que me den prestigio y protección ante las críticas.
Me gustaría expresar mi opinión de una manera moderada. Los valores que tanto se defendieron en su época no son ahora más que una farsa para dar valor a las vidas de las personas, para dar prestigio. Además, y todo sea dicho, estos valores ayudan a juzgar a las personas, cosa con la que no estoy muy de acuerdo. Si Dios, para darte sitio en el cielo, te hace un juicio... Yo sinceramente prefiero que no me juzgue.
Luego miro al currículum (lo siento, Carlos, te robo la expresión) de Lúcifer. Él luchó en contra de un Dictador para poder hacer lo que su voluntad de hombre libre le marcaba. Se dejó guiar por sus instintos y su corazón, pero desobedeció las leyes de aquel Dios. Fue expulsado del Cielo. Se le negaron todos los placeres de la vida y se le cerraron las puertas del Paraíso Eterno. Y la verdad, es que yo estoy hecha de la misma carne que el Demonio. No consiento que me digan lo que tengo que hacer, detesto que me juzguen y me resulta repugnante todo aquel ser vivo que obedece por temor.
Yo no entro en ese juego porque ni creo realmente en un Dios, ni pienso poner en mi vida una cortina de valores que me den prestigio y protección ante las críticas.
Me gustaría expresar mi opinión de una manera moderada. Los valores que tanto se defendieron en su época no son ahora más que una farsa para dar valor a las vidas de las personas, para dar prestigio. Además, y todo sea dicho, estos valores ayudan a juzgar a las personas, cosa con la que no estoy muy de acuerdo. Si Dios, para darte sitio en el cielo, te hace un juicio... Yo sinceramente prefiero que no me juzgue.
Luego miro al currículum (lo siento, Carlos, te robo la expresión) de Lúcifer. Él luchó en contra de un Dictador para poder hacer lo que su voluntad de hombre libre le marcaba. Se dejó guiar por sus instintos y su corazón, pero desobedeció las leyes de aquel Dios. Fue expulsado del Cielo. Se le negaron todos los placeres de la vida y se le cerraron las puertas del Paraíso Eterno. Y la verdad, es que yo estoy hecha de la misma carne que el Demonio. No consiento que me digan lo que tengo que hacer, detesto que me juzguen y me resulta repugnante todo aquel ser vivo que obedece por temor.
Me compadecería del Dios que murió. Dicen que eran tres, uno Creador Padre, Dictador ante mis ojos. Otro, Hijo Piadoso, el cual se ganó mi respeto al dar la vida creyendo poder cambiar la humanidad. Y tres, el Santo Espíritu, que era la Paloma Blanca, el pajarito que le contaba los pecados de los hombres a Dios, para que éste juzgase. Sinceramente, no me creo ninguna de las tres posturas, pero ya digo, que puestos a creer en algo... Prefiero conservar mi voluntad a costa de mi felicidad antes que estar presa en una jaula de oro.
Después de haber escrito lo de arriba, recordé aquellas personas que creen por miedo a morir sin saber qué pasa con su vida. En un primer momento, intenté hacer lo mismo, pero no fui capaz. Al fin y al cabo, morimos, creo más en la Ley de la Naturaleza que en un Dios Todopoderoso que me vaya a resucitar.
Y me parece genial que haya personas que se dignan a ayudar, ya sea por creer en Dios, como por cualquier otra cosa.
Aunque también he escuchado aquella justificación de "si todo el mundo cree, será por algo". Lo cual me recuerda a las modas tan estúpidas que sigue tanta gente. A ver, tan solo se trata de mi opinión, pero supongo que si "todo el mundo cree" es porque fue educado en la época franquista, en la que se dio un retroceso en la educación. Mientras en Europa se estaba llevando el ateísmo (con Nietzsche y alguno más), España estaba aislada. La mejor manera de ahogar las quejas de la sociedad era darles Fé en un mundo mejor. Se tenían que conformar, y así es más que evidente que muchas abuelas y abuelos hayan creído fervorosamente en Dios. Una vez educadas estas personas, enseñarían "el camino del bien" a sus hijos, y estos a sus nietos (qué épico suena en realidad). Sin embargo son cada vez más las personas (especialmente jóvenes) que se niegan a creer en Dios. Evidentemente, cada opinión es respetable y tan digna como cualquier otra.
PD: Después de haber rectificado tantas veces el mismo texto, espero que nadie siga añadiendo su opinión. De todas maneras, queda abierto a sugerencias.
Después de haber escrito lo de arriba, recordé aquellas personas que creen por miedo a morir sin saber qué pasa con su vida. En un primer momento, intenté hacer lo mismo, pero no fui capaz. Al fin y al cabo, morimos, creo más en la Ley de la Naturaleza que en un Dios Todopoderoso que me vaya a resucitar.
Y me parece genial que haya personas que se dignan a ayudar, ya sea por creer en Dios, como por cualquier otra cosa.
Aunque también he escuchado aquella justificación de "si todo el mundo cree, será por algo". Lo cual me recuerda a las modas tan estúpidas que sigue tanta gente. A ver, tan solo se trata de mi opinión, pero supongo que si "todo el mundo cree" es porque fue educado en la época franquista, en la que se dio un retroceso en la educación. Mientras en Europa se estaba llevando el ateísmo (con Nietzsche y alguno más), España estaba aislada. La mejor manera de ahogar las quejas de la sociedad era darles Fé en un mundo mejor. Se tenían que conformar, y así es más que evidente que muchas abuelas y abuelos hayan creído fervorosamente en Dios. Una vez educadas estas personas, enseñarían "el camino del bien" a sus hijos, y estos a sus nietos (qué épico suena en realidad). Sin embargo son cada vez más las personas (especialmente jóvenes) que se niegan a creer en Dios. Evidentemente, cada opinión es respetable y tan digna como cualquier otra.
PD: Después de haber rectificado tantas veces el mismo texto, espero que nadie siga añadiendo su opinión. De todas maneras, queda abierto a sugerencias.