Sin darme cuenta, tan solo por egoísmo, sin querer hacerlo.
Cuando la noche se abre paso entre las cenizas, y la Luna no despierta. Todo al fin y al cabo son tonterías, no sirve para nada que imagine y piense. Porque soy inútil, lo soy y del todo. No solo ya pienso y digo cosas inútiles, sino que no sirve de nada que comprenda las cosas cuando las causo yo (dentro de mi inutilidad). Podría haber nacido árbol, y al menos daba oxígeno. Podría haber nacido roca para que nadie se acordase de mí. Podría haber nacido mil cosas, pero nací yo. O podría simplemente no haber nacido.
Será quizá porque nunca me han dicho cómo soy, no. Más bien no me he querido dar cuenta y al final acabé siendo enemiga de mí misma.