11.01.2012

Kinda weird

La hipocresía protagoniza nuestras vidas...
Junto con las falsas apariencias, la traición de tus hermanos, el pecado de los dioses y no se que mil infamias más. ¿No? ¿Cómo de mierda es el mundo en el que vivimos? No lo sé. Cuantas más personas hay alrededor mía, más adrenalina siento, mientras me muero por ver su sangre caliente fuera del cuerpo. Pero ya sabéis lo que dicen, no enseñes los colmillos si eres débil. Así que supongo que yo me iré a mi puta casa. 

¿No es irónico todo? Dos compañía, tres multitud. Yo nunca estuve de acuerdo con el "donde caben dos, caben tres" porque me cuesta ganar confianza con el número tres. El dos es un número muy lindo, casi tanto como el uno. Y no he visto todavía que haya algún número en género femenino. ¿Yo? Cuento por cero. O por dos, según la mala ostia que me entre.
La verdad es que no me queda otra que reirme, no soy tan amable como parece. Me siento como el típico cabrón de algunas series, que haga la maldad que haga sólo le salen las cosas de bondad y corazón a ojos de los demás. Y paradójicamente, cuando hago las cosas de corazón, se lia la de dios y resulto ser una maldita zorra. Qué degradación llevo viviendo desde que llegué a Cádiz, es verídico. 
Y la verdad es que me han pasado tantas cosas desde que pisé tierra gaditana con 8 años, tantas malas y tan pocas buenas, que las buenas las guardo como un tesoro. Y me hace muchísima gracia la cantidad de ironia que me ha ido esculpiendo la cara, aunque haya facetas de mí más salvajes y más vírgenes. Porque sí, porque físicamente no soy virgen ni por los párpados, y por eso tengo "cara de lujuriosa" (que me reí cuando me lo dijeron), pero la verdad es que como persona muy pocos me conocen.

- Bueno, luego están los que me saludan por ahí y no los he visto en mi puta vida... Que eso ya es otra historia. Sólo me acuerdo de las caras que me interesan.