11.04.2012

Una tranquila tarde de Noviembre.

Quieres sentarte en un sillón de cuero, hundir tu espalda entre cojines. Apoyar los pies sobre una pequeña mesa...
Tener la música puesta de fondo, mientras escuchas la lluvia suavemente caer en tu terraza. Con los ojos medio cerrados, sin pensar en nada. Totalmente relajado, de repente una canción que te encanta suena en los altavoces. No puedes evitar sonreír. Es como si nada estuviese pasando. El bienestar de estar calentito en tu casa, sabiendo el frío que hace fuera.

No necesitas más, sólo respiras y escuchas. No hay tráfico, no hay quejas, no hay manifestaciones. Llueve y la paz se apodera de las calles.

¿Pero sabes? Tanta paz puede significar que todo a tu alrededor esté muerto.