6.04.2011

¿Esperanza o esperar en vano?

Dicen de ella que es lo último que se pierde. Quizás, y sólo quizás, tengan razón. Pero yo me imagino esa esperanza como un pequeño apoyo que se desmorona, porque si es lo último, ¿ya que más da perderlo? Para mí la esperanza es como una fantasía, te queda esperar algo, pero muy probablemente esté esperando en vano. Y antes que esperar, prefiero predecir lo que realmente me aguarda y bueno, aunque no sea mucho ya veré que hacer.

¿Y por qué salgo ahora con estas? Pues porque siento que espero, como muchas otras veces, un tren que ya ha pasado (o que se extravió por el camino, o que se lo comió un dragón, o simplemente porque no pude sacarme el billete en el momento adecuado).
Además, en esa supuesta estación de tren en la que espero, el megáfono anuncia cada cinco minutos que el tren próximo a estacionarse es el mío, pero no llega. En fin, falsas esperanzas a las que quiero agarrarme.

Pero no, el tren ni llega ni nada de nada. Creo que en lugar de seguir esperando, debería marcharme e irme en coche a donde quiero (vamos, ir directamente, adelantarme a los acontecimientos). Aunque como no estoy segura de hacerlo, y me puedo conformar con estar en la estación jugueteando con el móvil (recuerden que se supone que me he gastado el dinero del billete, y no quiero desperdiciarlo)...
En fin, que le hago... Voy a seguir en la estación, con únicamente mi esperanza, y espero que en el próximo tren no haya un vagón lleno de zombies.