Cuando el cielo escribe sobre nosotros con una pluma blanca, las líneas quedan grabadas a fuego en nuestras espaldas. Pero, ¿quién escribe estas líneas? No son más que nuestros escritos. ¿Crees en el destino? ¿Qué es eso del destino? Como si un camino marcado con líneas invisibles nos llevase hasta un punto determinado al nacer. Hagas lo que hagas, vas a ir por ese camino determinado, aunque pienses que eres libre y que haces lo que quieres. El camino es como las vías del tren. El tren funciona porque está en la vía. ¿Somos nosotros así? ¿Estamos condicionados al fin y al cabo por ese camino? ¿Y si salimos? Las líneas son transparentes, ¿cómo sabemos cuándo salimos?
Yo no creo que todo esté marcado, sino que se va construyendo sobre las acciones. Pero... ¿qué se va construyendo? Construímos con nuestras acciones, tanto la imagen de nosotros mismos, como la imagen que proyectamos hacia los demás. Construimos vías de escape, justificaciones absurdas a nuestros actos ''esque yo soy así''... ¿Y para qué tanta construcción? Al fin y al cabo, todo se reduce a polvo. Construimos porque lo necesitamos. Y no existe más destino que el de la destrucción.
No lo creo, porque no quiero creerme que esté mi vida encaminada desde que nací, encaminada a un propósito. (Bueno, toda vida está encaminada a la muerte, pero... No me refiero a ese tipo de destino). No soy capaz de creer que digo las cosas que pienso porque alguien me metió esas ideas en la cabeza. ¡¡¡Que absurdo!!! Lo pienso porque he llegado a la conclusión, no por otra cosa. ¿Acaso no cambio de opinión, y hasta puedo dar un cambio en mi manera de pensar? ¡Claro que puedo! Y al igual que puedo yo, puedes tú, y podemos todos. ¿También el destino te marca cuando piensas una cosa, y cuando otra? No sería destino, sería programación. Creo que tanto programar con el RPG Maker me está volviendo (más) loca de lo que ya estaba. O simplemente aprovecho cualquier cosa en cualquier momento para pararme a pensar.
Y esque cuando se me va el santo al cielo, me pregunto cosas que rápidamente se desvanecen cuando algo o alguien de la vida real capta mi atención. ¡Es tan fácil perderme en mí misma! ¿Por qué acabé pensando sobre el destino, cuando en realidad lo que quería era estudiar historia? Ah, sí. El destino del mundo y la sociedad ¿cual será? A mí no me interesa estudiar lo que ya ha pasado, es aburrido. A la vista está que el mundo ha ido cayendo y levantándose de crisis que tenían causas parecidas. Y a pesar de estudiar estas caídas, el mundo no ha aprendido nada. A mí entonces lo que me gustaría estudiar, sería la historia del futuro, la que en vida no vamos a poder conocer.
PD: Esta es mi entrada tocho del mes, si alguien la lee hasta abajo ¿cómo ha podido aguantar y leer pacientemente? ¿Acaso es interesante lo que pase por mi mente a cualquier hora? Es lo que tiene tener que estudiar, que desconecto rapidísimo, ya que no atrae mi atención. ¿Hay algo que atraiga tanto nuestra atención, tanto que sea capaz de absorber nuestras vidas? (El ejemplo que se me ocurre para explicar la pregunta es el caso de algún friki de la vida enganchadísimo a algún juego online). ¿Eh? ¿Hay algo así en nuestras vidas? Los que tienen algo que les absorba tanto la vida, estoy segura, es porque quieren esconderse de sí mismos.