1.19.2013

Das beste auf Gottes

Momentos como éstos me hacen darme cuenta de que si me quejo por algo, es por gusto. Me encantaría ser madre algún día, crear a alguien tiene que ser maravilloso. Crearme a mí lo tuvo que ser, mis padres me lo demuestran cada día. Yo podría haber sido muchas cosas, podría estar sorda por una infección que le costó a mi madre el vestirse con el mismo jersey y pantalón un año entero para poder pagarme un pediatra privado. Podría estar en una silla de ruedas, pero mis padres se esforzaron en que nadase en el club de natación y corregí prácticamente toda la desviación de columna que tenía. Supongo que si hubiesen tenido dinero para más, me estarían dando lo que pudiesen, ya que siempre me han dado lo mejor tanto a mí como a mis hermanos. O no... mi opinión del dinero es que corrompe a las personas.

Estoy segura de que cualquiera con dos dedos de frente se mete un día en nuestra familia, y se da cuenta del respeto y el cariño que nos tenemos. Quizá haya familias mejores, pero a mí la que me gusta es la mía. Me han dado la vida, unos valores, una inteligencia, y dignidad, además de otras cosas que tienen menos valor (aquellas cosas que cuestan dinero). 

-

Trato a las personas en proyección a cómo me tratan ellas a mí. Siempre me han molestado las personas hipócritas, y debo pedirme perdón a mí misma por haberlo sido a la hora de tratarlas.