Su piel es clara, aunque no blanca. Sus ojos marrones se dibujan perfectamente y sus cejas se arquean suaves y delicadas en su frente. La nariz pequeña y fina, dibujada con bonitas líneas. Los labios son del color fundido entre el rosa y el naranja, y se doblan en una sonrisa aunque esté seria. Un rostro sereno y una expresión amistosa. El pelo castaño, largo, con el flequillo hacia un lado. Liso, quizá con alguna ondita en la melena.
Su cuello es fino y sus hombros estrechos, a diferencia de su pecho redondo y firme. La cintura es femenina, las curvas están bien puestas, las piernas son perfectas. Todos los ojos reconocen su belleza, no hay una sola persona en el mundo que no la admire.
Toda su imagen es armonía, y dentro de su cabeza el sol brilla para que las flores crezcan. Todos los niños la quieren mucho, es como la madre perfecta. Todos los hombres la desean, porque no solo físicamente es la novia perfecta. Ninguna mujer es capaz de envidiarla, ella es bondad y siempre perdona, es la amiga perfecta. Tranquila, amable, simpática. Me pregunto cuánta gente hay así en el mundo, porque aún no he conocido a nadie como ella.