Keine Führer.
Escondido entre el hielo y la escarcha. En el ruido. Los árboles, sin hojas, son meramente líneas negras dibujadas en vertical en el horizonte. Un pequeño pájaro carpintero decide quedarse en un agujero, en uno de los miles de árboles que hay alineados en el bosque. En su pequeño escondite de madera intenta olvidar que es el último pájaro carpintero del paisaje. Piensa dormir hasta convertirse en otra escultura de hielo. En el fondo de su agujero se forman charcos de sangre, pero él sigue picando el tronco. No le importa si se le rompe el pico, si se le astillan las uñas de sus patas. Quiere esconderse en lo más hondo del árbol, donde esté tan oscuro que se olvide de que no hay nadie en ese bosque helado.
El único sonido que perturba el silencio del bosque es el viento, que trae consigo el taladro suave del ave picando el interior del árbol. Es lo único que hay en ese mundo, árboles negros, nieve y un pájaro carpintero, que finalmente atraviesa el árbol con su pico y cae al vacío en medio de su soledad.
