12.25.2011

Hora de caminar, suavemente llorando. ¿Qué ha pasado aquí? Todo está en ruinas. Todo es dolor, recuerdos en las fotos, recuerdos tras los cristales, recuerdos enmarcados. Frías sonrisas, como huellas en la arena, se clavan en mi corazón. Tenía tantas cosas que enseñarte antes de que pasara aquello, pero cerraste los ojitos y ya no vas a ver más. Ayer estuve en tu casa, me eché en la cama del cuarto donde tú estuviste al final. Te quería ver, te busqué en cada rincón, pero sólo mi mente recuerda dónde estás. Ojalá supieras que soy la chica más feliz y afortunada del mundo.


12.19.2011

Quejarse es gratis.

¿Y mi melancolía? ¿Y mi tristeza? Sólo tengo días de fresa y uñas blancas de porcelana. No encuentro la inspiración en la fuente de mi belleza, y el dolor es bienvenido y transformado en alegría. ¿Qué hago aquí? ¿Qué me merezco? Solo obtengo lo que ha sembrado otro y sólo le dejo los restos. Y bien, ¿que he hecho por la gente? ¿Qué he hecho por mí? Cada detalle bien cuidado, me ha privado de mi tristeza. ¡No encuentro mi oscuridad! Entre dibujos muy obscenos me he escondido, no encuentro mi melancolía, mi inspiración, mis ganas de quejar y levantarme. Estoy a pan y agua, la tristeza me alimentaba. La felicidad me llena pero me vacía. ¿Por qué me ha abandonado?

Y es que quejarse es siempre gratuito. Por eso será que nos gusta tanto. Pero si me quejo sin ganas, es como regar a una piedra. No crece nada, ningún árbol da ningún fruto. Echo de menos mi tristeza, echo de menos el odiarme. 

12.16.2011

Desesperatio sempiterna...

Comprendo que todos nos tengamos que ir algún día. Es más, me negaría ante la opción de ser inmortal. Sin embargo, ¿por qué las personas pueden morir sometidas al dolor más espantoso? ¿Acaso no hemos sido buenas personas?

Ni que un hombre humilde, que ha dado la vida por sus hijos, se mereciera morir sin energía, consumido en sus ganas de morir. No es justo, después de desvivirse por sus hijos cuando las cosas estaban mal, hizo de mi segundo padre, se ocupó también de sus nietos, como mejor que pudo. Perdió hace dos meses, el día de su aniversario, a la persona que amó por más de cincuenta años, al amor de su vida. Y ahora me dicen que su llama se apaga lentamente. ¡Eso era más que obvio! Lo que yo no imaginaba eran los detalles... ¿Qué clase de muerte es esa? Cuando la vida expire desde dentro de su cuerpo, cuando sus venitas queden vacías... ¿Qué clase de juego es ese? Al igual que mi abuela, ¿por qué tuvo que morirse con uno de los peores cánceres que pueden existir?

En momentos como éstos sí que creo en Dios. Creo sólo para sentir que me quejo y alguien super-orgulloso, cruel y malo se ría de mis quejas. ¿Por qué permites que unas personas tan buenas sufran tanto? ¿No es suficiente con que mueran? ¿A qué clase de lugar te los llevas, los encierras...?

Yo también quiero morir algún día, y alejarme lo más posible de una muerte como la que tú les regalas.

Que no se acabe.

Mi vida es distinta, yo soy la persona más bonita de todas. Me puedo satisfacer todos los días, me puedo mandar rosas a mí misma. Puedo dormir conmigo, y soy quien está por encima de todo.
Pero hay algo mejor que poderse querer a uno mismo. Y ese algo, es querer a otra persona. Puedo compartir lo que pienso contigo, puedo apoyarme en tí cuando he sido dura conmigo misma. Puedo ver que te hago feliz, y eso me hace más feliz que si estuviera haciéndome feliz a mí misma. En ti, mi felicidad se multiplica. 

Y es que me alegra mucho que me conozcas y te guste, me acuerdo de cómo era yo antes de conocerte. En mi mente, había un cartel que ponía "Bienvenidos a la Oscuridad" y tú fuiste el valiente que entró, iluminándola desde dentro hacia fuera. Claro que me gustaba como era yo antes. Sinceramente, ahora soy mucho más modesta, mucho más cercana al mundo (aunque siga estando alejada). Ahora es más importante lo que pienses tú, que lo que piense yo. Porque a mí siempre me voy a escuchar, pero lo que tu piensas es siempre nuevo para mí. No dejas de sorprenderme, es genial todo lo que das de ti sin que te des ni cuenta. Al igual que yo, tú tienes un mundo el cual voy conociendo. Cuanto más descubro, más interesantes son las cosas que quedan por descubrir. 

No pienso terminar esta entrada, de hecho, se va a quedar aquí. Porque muchas cosas de las que pienso sobre esto son mías. Me gusta hacerme la interesante tanto como me gusta que indaguen sobre lo que pienso, haciéndome trampas y colándose sin llamar.

12.15.2011

Ser ateo es absurdo.

-Porque Dios existe. O más bien, todos los dioses existen. 
-¿Por qué?
- Imagínate a Dios.
- Ya, si me lo imagino, pero eso no quiere decir que exista.
- Si eres capaz de imaginar a Dios, es que existe, aunque sólo sea en tu mente. Luego es imposible ser ateo.
-Pero Dios no ha hecho nada por mí, ni lo he visto.
-¿Has visto un unicornio?
-No.
-¿Y cómo sabes que no lo has visto?
- Porque nunca he visto un caballo con un cuerno.
-Pero te lo has imaginado. Si te lo has imaginado, es porque existe.
-Sigo sin entender.

-Bien, inventemos otra cosa. Un Escolopodro. ¿Qué es eso? Una rana con tres patas. ¿Te la has imaginado? Sí, ¿verdad? Antes de que dijera Escolopodro, no te la imaginabas. Ahora no puedes dejar de pensar el ella. Luego Escolopodro existe. Aunque sólo sea en tu mente. ¿Entiendes?
-Tú lo que estás diciendo es que Dios sólo existe porque nos lo imaginamos.
-Así es. Y en función de lo que imaginemos, influirá en nuestra vida de una manera u otra. 

Yo lo que me imagino es que pienso en un Dios el cual sólo está en mi cabeza, como si fuera un dibujo sobre una pared. Dibujo el cual ni habla, ni produce, ni crea ni destruye. Fue creado a partir de lo que el hombre considera perfecto. Y bien, ¿ahora eres capaz de negar que existe Dios? Si no existiera, no estarías pensando en él, al igual que cuando no existía el Escolopodro, tú no pensabas en él.

¿Cómo vas a ser ateo? ¿Cómo vas a creer que no crees en nada? 

12.12.2011

Decedibo ex vita, tacitus.

Estoy sola. Estoy sola en una calle estrecha y oscura. En el suelo hay una alfombra roja con bordados de oro, velas góticas iluminan mis pies en mi camino. ¿Dónde está la gracia? No hay ventanas ni puertas en las paredes de ladrillos de piedra. No hay agujeros, ni voces. Tampoco hay cielo.
-Dios, dame fe para creer en tí.

Pero sé que no me responde. Quería una voz que iluminase más que yo. Pero mejor que yo, no hay ninguna. Igual que yo, sólo lo hace mi eco. Miro al infinito firmamento salpicado de estrellas y polvo. 
- Si tan solo pudiera volar como Goku en una nube, y buscar las bolas de Dragón...

Pero más que las bolas, voy tocando las pelotas. ¿Seré tan pesada que incluso la gente necesita descansar de mí? Será que no sirvo, que soy un estorbo, que no hay nada donde pueda dejar de sentir que sobro. Quizás esté dando sorbos a la esperanza, con el fin de sentirme tranquila. Será que supongo cosas que quiero creer, pero que no están. 

Será que aún creo en plural, y quiero seguir creyendo en plural. Será que si creo en mí sola, me desmorono, y que tal vez tenga que hacer una pausa... Una pausa donde deje descansar la cabeza sobre los brazos, mirar arriba mientras la cara apunta al suelo. Será que quiero creerme toda la felicidad, y no acabarla. Será que hay un separa páginas entre dos historias que creía tan firmemente escritas en el mismo capítulo de mi vida.
Será que la melancolía me corroe estas noches de silencio. Serán tantas cosas que no quiero que sean, serán todas esas dudas cuando nadie me explica que ha pasado. Será que odio pedir explicaciones, porque a mí tampoco me gusta darlas.

Sea por lo que sea, me gustaría dejar de imaginar posibles altercados, cerrar los ojos y poder dormir.

Saltemos al mar.

¡¡Cuando lo pensé, tenía más sentido!! Todo era tan ordenado en mi mente, parecía incluso coherente. Pero me quedé sin nada que decir cuando fui a poner en práctica todo aquello que había pensado. Parecía hasta bonito, ¿la fastidié? Si es así, no me voy a disculpar. Porque ¿para qué? Ya mejoraré a la próxima, equivocarse es de humanos. Y no corregirlo, de orgullosos.

Pues bien soy una humana orgullosa, y avergonzada de ser humana. No me considero mujer, no me puedo comparar con ninguna de ellas. No las entiendo. ¿Y si formase parte de los hombres? Miro abajo, y pienso en un rotundo "no". Pero sí que me integro más fácilmente entre ellos, y encima los entiendo. Son más locos, menos responsables y más divertidos. O será que la mayoría de las mujeres que conozco, en lugar de cerebro, tienen un zapato rosa en la cabeza. Y que la mayoría de hombres que conozco son estrellas dentro de su propio mundo, que piensan y hacen pensar. ¡Que interesante! ¿O no? 

Pues yo quería sentirme parte de "mujeres" pero me quedé a medio camino, o bien esque no me desarrollé lo suficiente como para poder entenderlas y ser una de ellas. Ah, esa tribu alienígena. En el fondo hasta me atraen. Pero bueno, dejo de decir burradas. Que todos sabemos que soy una pervertida con patas. 

A mí me gustaría tantas cosas... Me gustan todas las cosas que ni puedo hacer ni tengo. Será por eso por lo que me gusta también que alguien me dé la mano y me proteja de mí misma. Porque yo estoy todo el día pinchándome y abandonándome cual perro en la carretera. Será por eso que encuentre interesante a alguna persona que piense lo opuesto a mí. Las cosas, por oposición, se entienden y hasta incluso pueden ser entretenidas. ¡De pequeña, siempre me aprendía todo comparándolo conmigo! Si este era así, se parecía a mí y me lo aprendía. Y rápidamente me separé del mundo cuando vi que en mi cabeza había una cabaña donde se albergaban las ideas de una loca. ¡Qué loca tan loca! Y vaya, pobre loca. No la entiende nadie.

Sin embargo, encontré otro loco que sí me entiende. No quiero separarme de él, porque yo también lo entiendo. ¡Qué interesante! Si parecía que iba a ser totalmente diferente a mí, el curso de su vida y el mío no tienen nada que ver. Y a pesar de ello, él es tan interesante como yo. Me enamoré como si fuese una playa, de arena blanca y agua clara. Y luego, cuando quise bucear, todo era fluído, el agua era pura y limpia. Y fría, muy fría. Todo tan interesante... Me encanta.

12.11.2011

Contemptus mundi

Cuando el cielo escribe sobre nosotros con una pluma blanca, las líneas quedan grabadas a fuego en nuestras espaldas. Pero, ¿quién escribe estas líneas? No son más que nuestros escritos. ¿Crees en el destino? ¿Qué es eso del destino? Como si un camino marcado con líneas invisibles nos llevase hasta un punto determinado al nacer. Hagas lo que hagas, vas a ir por ese camino determinado, aunque pienses que eres libre y que haces lo que quieres. El camino es como las vías del tren. El tren funciona porque está en la vía. ¿Somos nosotros así? ¿Estamos condicionados al fin y al cabo por ese camino? ¿Y si salimos? Las líneas son transparentes, ¿cómo sabemos cuándo salimos? 

Yo no creo que todo esté marcado, sino que se va construyendo sobre las acciones. Pero... ¿qué se va construyendo? Construímos con nuestras acciones, tanto la imagen de nosotros mismos, como la imagen que proyectamos hacia los demás. Construimos vías de escape, justificaciones absurdas a nuestros actos ''esque yo soy así''... ¿Y para qué tanta construcción? Al fin y al cabo, todo se reduce a polvo. Construimos porque lo necesitamos. Y no existe más destino que el de la destrucción. 

No lo creo, porque no quiero creerme que esté mi vida encaminada desde que nací, encaminada a un propósito. (Bueno, toda vida está encaminada a la muerte, pero... No me refiero a ese tipo de destino). No soy capaz de creer que digo las cosas que pienso porque alguien me metió esas ideas en la cabeza. ¡¡¡Que absurdo!!! Lo pienso porque he llegado a la conclusión, no por otra cosa. ¿Acaso no cambio de opinión, y hasta puedo dar un cambio en mi manera de pensar? ¡Claro que puedo! Y al igual que puedo yo, puedes tú, y podemos todos. ¿También el destino te marca cuando piensas una cosa, y cuando otra? No sería destino, sería programación. Creo que tanto programar con el RPG Maker me está volviendo (más) loca de lo que ya estaba. O simplemente aprovecho cualquier cosa en cualquier momento para pararme a pensar.

Y esque cuando se me va el santo al cielo, me pregunto cosas que rápidamente se desvanecen cuando algo o alguien de la vida real capta mi atención. ¡Es tan fácil perderme en mí misma! ¿Por qué acabé pensando sobre el destino, cuando en realidad lo que quería era estudiar historia? Ah, sí. El destino del mundo y la sociedad ¿cual será? A mí no me interesa estudiar lo que ya ha pasado, es aburrido. A la vista está que el mundo ha ido cayendo y levantándose de crisis que tenían causas parecidas. Y a pesar de estudiar estas caídas, el mundo no ha aprendido nada. A mí entonces lo que me gustaría estudiar, sería la historia del futuro, la que en vida no vamos a poder conocer.

PD: Esta es mi entrada tocho del mes, si alguien la lee hasta abajo ¿cómo ha podido aguantar y leer pacientemente? ¿Acaso es interesante lo que pase por mi mente a cualquier hora? Es lo que tiene tener que estudiar, que desconecto rapidísimo, ya que no atrae mi atención. ¿Hay algo que atraiga tanto nuestra atención, tanto que sea capaz de absorber nuestras vidas? (El ejemplo que se me ocurre para explicar la pregunta es el caso de algún friki de la vida enganchadísimo a algún juego online). ¿Eh? ¿Hay algo así en nuestras vidas? Los que tienen algo que les absorba tanto la vida, estoy segura, es porque quieren esconderse de sí mismos. 

12.10.2011

Scuba diving on my mind.

Ayer no cené (me castigaron) esta mañana me desperté a las una, y evidentemente no me comí nada. Ahora he terminado de comer, y realmente he comido poquísimo. No tengo hambre. ¿Comer? ¿Comer para qué? Para vivir. ¿Y qué clase de vida vamos a llevar mientras la vivimos? No creo que haya una clase de vida común a muchas personas, sino que cada uno opta por vivir y por pensar como le parece. Pues bien ¿para qué voy a vivir? ¿Es que acaso hago lo que quiero? ¿Acaso soy alguien importante? No, sólo soy una sombra que algún día dejará estas calles para ser encerrada en un cajón sin luz, ventanas ni puertas. Me esconderán del mundo en el cajón de un mueble lleno de más cajones oscuros, con sombras escondidas y apartadas del resto del mundo. 

Porque de eso se trata el cementerio, de alejar y esconder a las sombras de lo que fuimos, alejarlas por siempre en la eternidad, apartarlas y esconderlas de los que aún no son sombras. Son sombras que se funden entre más sombra, son alientos que dejan de dar calor. Y sin embargo, aunque quieran esconder todas las sombras del mundo en millones de cajones, los cajones van a estar allí. Que poco producente. ¿Entonces las sombras ya no sirven? A mí me gustaría que sirviesen para algo, por ejemplo, para alimentar las raíces de un árbol. Y no encerrarlas (¡las pobres! ¿Qué habrán hecho?) lejos del mundo.

Pues si yo voy a ser sombra, el sentido de la vida es que sea feliz mientras dé luz. ¿Y cómo voy a ser feliz dando luz? Si en lugar de iluminar a nadie, sólo soy la caricatura de una grotesca pantalla de papel que sólo proyecta sombra. Si la monotonía me alumbra por cada uno de mis rincones, y los chorros de sombras brotan de mis extremidades. ¿Para qué voy a vivir? No tengo sentido en el medio de todo. Cuando estoy en el medio de la nada, todo cobra sentido, y soy feliz haciendo lo que quiero. Allí, donde nadie se ha inmutado que estoy. Rodeada de dunas de arena, o en mitad de los árboles, detrás de las sombras de la gente. Me acuerdo de que cuando fui a Lanzarote, en los jameos del agua, estaban representando una función para los guiris. Yo cogí y me largué a explorar el resto de la cueva, y vi maravillas a las que el grupo no había accedido con el guía. Quiero decir con esto que, muchas veces, es mejor llegar a los sitios por ti mismo, y no seguir a nadie. Los que te sigan estarán viendo lo que tú quieres ver, y no lo que ellos quieren ver.

Quiero que mi vida sea como un laberinto dentro de una cueva submarina. Un sitio complejo, casi inaccesible, escondido de todo y todos. Y aún así, que se escuche el rumor de las olas desde dentro. Toda la vida que puede albergar una simple gruta bajo el agua, todos los misterios a los que nadie ha accedido... Vamos. Aún hay muchas partes de mí que siguen siendo vírgenes, partes que sólo son mías y de nadie más. Me gustaría invitar a que pasara un pequeñísimo número de personas. Y que vieran mis lugares favoritos para esconderme de mí misma, los lugares que (aunque resulte enigmático) están dentro de mí.

12.04.2011

Azul

Me pregunto cuantas veces tendré que caerme, para que me de cuenta de que me pongo la zancadilla yo sola. No tiene más sentido que el de querer quejarse por todo. Al menos dos manos ajenas a las mías me abrazan, cuando yo he sido demasiado dura conmigo. Que no debería meterme tanta presión, y más maneras de hacerme sentir bien. 

-------------------------------------------------------------------------------

El nublado del cielo susurraba en la brisa, unas palabras que yo no conocía. La lengua azul protegía a los que estábamos debajo del cielo, como si alguien protegiera el mundo con sus manos. ¿Qué era aquello? Que me hacía sentir tan bien, que hacía sentir tan bien a los que me rodeaban. Éramos unos cuantos, pero parecía que hubiese además otra persona, más grande que nosotros, cubriéndonos la espalda. Manteniéndonos ajenos a ella, reíamos, hablábamos, y pensábamos. ¿En qué pensábamos? 
Porque yo sólo veía todo lo maravillosa que era la vida cuando de repente uno de nosotros miró al cielo infinito. ¿En qué pensaría? Supongo que no lo sabré nunca, porque no quiero preguntarlo. Sí, yo solo me relajé, había algo que me quemaba dentro del pecho, pero sin doler.
- El mar está precioso.
Es porque estás tú, pensé.

12.03.2011

Obscura.

- ¿Y si me muero? Pues nada, ahora quiero morir.
- ¿Y por qué? Tú misma dices que quieres ver como evoluciona el mundo, y que querrías estar en él siempre.
- Ya. Pero, esque las cosas se van a poner peor. Y estoy cansada de odiarme, y luego arrepentirme de haberme odiado. Que es un ciclo vicioso.
- Es que tú no tienes por qué odiarte. ¿Quién eres para odiarte?
- Pues soy quien no quiero ser.
- Mira, que todos tenemos cosas que no nos gustan de nosotros mismos. 

Y en lugar de seguir castigándome a mí, le echaré la culpa a otro. A quien sea. Al de al lado. Porque si dejo de odiarme ¿a quien voy entonces a odiar? (Notese la ironía que estoy haciendo con la frase: Si no me quiero a mí ¿a quién voy a poder querer?) Pues venga. Es hora de odiar.
- Despierta pedazo de cerda. 
- Déjame dormir.- Dijo mi ego, volviéndome la cara.
- Que te levantes. *Le agarré del pelo a mi ego y tiré hacia arriba* -¿Esto es lo que quieres?
Que yo sé que siempre ha sido fácil quejarse y echar las culpas a otro. Que yo sé que en el fondo te pones pegas para deprimirte, porque te gusta. ¿Quieres que te azote? Entonces búscate otro motivo, por ejemplo, el haberle echo daño a alguien. No mereces que se preocupen por tí, cuando tú eres feliz y sólo buscas deprimirte. ¿Es que no te prestan atención? ¿Quieres llamar la atención? ¿Que coño pretendes deprimiendo y deprimiéndote? Si quieres, enfádate con el mundo y araña las paredes. Pero yo, no te voy a escuchar. Me acuerdo de que antes te acercabas a mí y me besabas, ahora quieres hacerme llorar. Déjame en paz, Obscura. Si quieres deprimirte, hazlo tú sola. Ni preocupes a nadie, ni castigues a los demás, ni te castigues más a ti misma.

Entonces, mi ego se levantó. Y como es jodidamente orgullosa, se volvió a ir lejos de mí. Porque no quería reconocer que tengo razón al menos una vez.