5.19.2015

An old fragment

Yo sé que no existes, y aún así te veo. Tu mirada salvaje y tu expresión risueña palpitan calidamente en mi retina. Hay recuerdos que no se olvidan.

Tu alma es música, a veces salvaje e indomable, otras veces un paseo sereno de unos delicados dedos por una triste guitarra.

Y sigue palpitando tu visión en mi cabeza, pálida tu piel, te reflejas en mi tristeza. No puedo olvidar la forma en que te ríes, mi cabeza tenía su sitio en tus hombros, nuestros abrazos encajaban. Cada vez que me abrazabas, cerraba los ojos y se derrumbaban las paredes, haciéndome sentir la luna, imaginándola brillar en tus mejillas.

Como si no hubieran rodado lágrimas. Vainilla. Puta vainilla.

5.18.2015

Ángel guardián

Tenía razón. Un poeta deja de ser poeta cuando pierde a su amor platónico.
El refugio del poeta será, en caso de querer continuar su obra, convertir al amor en sí mismo como algo platónico. Utópico. 

Directo desde el mundo de las Ideas, y reflejado de una mediocre forma en el corazón humano.
¿Quién dijo que el amor era bello? La verdadera belleza está en la melancolía. Pero es una belleza efímera y sólo su huella es irreemplazable.


Tampoco es triste, ni envenenado. Es tranquilo, salvo cuando los días se tornan nublados. Nieva en el corazón de los hombres, sangra el corazón de todos.

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Como una dama de la noche, el primer copo de hielo se posa en la corona de una estatua. Y derritiéndose por un hilo de luz, se marcha el copo, con una vida más breve que la de la flor blanca.
Algunos copos más peinan el cabello de mármol, adornando con lazos de hielo cada rizo. Posándose en la mirada esculpida de un ángel guardián sin alas. Pecas de nieve sobre las mejillas con vetas de colores grises. Lágrimas congeladas en su mirada vacía.

Así la nieve se amontona en los brazos finos de la escultura, en sus hombros y en su cabeza helada. Cuando llegue la primavera, sabremos si la nieve ha estropeado el mármol. Cuando derritan las heladas y logremos recordar el color de sus vestidos de piedra.