6.29.2012

Me encanta cuando se pone serio con alguna tontería que le digo, me empiezo a reír y él acaba riéndose más que yo. Simplemente me encanta cuando se ríe, es super lindo, me hace feliz el simple hecho de ver que él es feliz. 
Adoro esas caritas que me pone para que me quede con él y no me vaya, me gusta que se ría de mí porque siempre es con cariño. Me encanta que apoye su cabecita en mis piernas y me deje que le acaricie los ricitos. Si se le ocurre abrazarme por detrás, y decirme todo lo que me quiere...
Hay muchas cosas que me hacen querer seguir con él, cosas que hace por verme feliz, cuando se apaga si no me ve feliz, cuando simplemente me mira con ese brillito en los ojos... Le amo.
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6.28.2012

Let her fly

Hace ya unos años, cuando era más pequeña, me gustaba jugar a asustarme con el mundo de mi imaginación. A menudo abría la puerta que me unía a ese mundo, y como un astronauta, me dejaba llevar en el vacío de mi imaginación, vacío que se iba llenando de cosas extrañas, curiosidades y deseos. Supe entonces que en mi cabeza había un cosmos lleno de monstruos con escamas brillantes, estrellas relucientes y una ingrávida realidad paralela. En aquella dimensión extraña, podía perderme y divertirme, me podía incluso alejar de mí misma físicamente, dejaba mi cuerpo en el suelo para que pensasen que yo seguía allí. Pero yo en realidad estuve volando todo el tiempo.

Volando, volando, siempre arriba, como en la canción de Dragon Ball, solo que yo no buscaba islas ni tesoros ni bolas de dragón, yo había encontrado en mi imaginación todo lo que se me había perdido, e incluso más. Había encontrado un algo que me ayudaba a desaparecer mientras me hacían daño. Pero me he parado hoy a pensarlo y, me doy cuenta de que realmente no sé qué fue de mi vida cuando era pequeña. Recuerdo las cosas malas que hacían querer volver a mi imaginación, y ya me gustó tanto flotar en la ingrávida cortina de sueños, que apenas bajaba para hablar o hacer cualquier cosa. Siempre imaginé realidades paralelas a la mía, porque en la que yo estaba presente no me hacían caso, o simplemente era demasiado descolorida.

Me gusta aquella manera de ver el mundo. Dentro de mi mente había más mundo que fuera de ella, mientras el mundo físico iba a ser siempre el mismo, mi imaginación y mi personalidad iba cambiando, formándose, siempre había algo nuevo, algo con lo que distraerme. Soñando despierta en todo momento, me he encontrado con mis miedos, mis debilidades, mis virtudes y mis defectos. Me he dado cuenta de muchas cosas que, si no hubiese estado reflexionando sobre ellas durante días y noches en mi paraíso mental, jamás habría dado noticia. A través de mi imaginación y sobre todo, mi curiosidad, conozco muchas cosas que otras personas ignoran por completo. 

Y ahora tengo ganas de, aunque sea por un momento, volver a imaginar aquel pequeño revuelto de caos que tenía en la cabeza cuando era pequeña. No reflexionaba, solo imaginaba cosas, situaciones, sabores, colores, hablaba conmigo misma y con los demás aunque realmente no ocurriese. Me pregunto si soy la única que ha imaginado estar teniendo una conversación con alguien, poder saborear las posibilidades que hay de que una persona te diga una cosa o te sorprenda con otra. 

6.16.2012

Sieg Heil

La experiencia es algo que se va adquiriendo con el tiempo. Es fácil reconocer quién tiene experiencia y diferenciar la habilidad adquirida de una habilidad natural. Hay personas, como yo, como mis amigos, que saben escuchar y comprender a los demás. 
Y es algo que me fascina, la conducta humana. La enorme cantidad de opciones que el ser humano tiene a la hora de escoger entre comportarse de una manera o escoger otra. Sin embargo, me sorprende que la mayoría tienda a escoger siempre el mismo tipo de opciones. Lo lógico sería ir probando, jugando con las opciones que nos dan, con el fin de llegar a nuestros objetivos. ¡Pero hay gente que se contradice! Que decide actuar de una manera cuando piensan de otra.

Esto me lleva a que también hay diferentes maneras de tratar a las personas que te rodean. Yo escogí dar mi vida a los que consiguiesen llenarla, y así lo hago. Hay otras personas que sólo piensan en su bien propio, y las consecuencias ni siquiera las valoran. Hay, en definitiva, muchas clases de personas. La vida es un juego, y todas las opciones son buenas para algunas cosas, y perjudican otras. 
Mi vida, por ejemplo, es buena en el sentido en que yo me siento bien con lo que hago, y quien me comprende se divierte. Es mala en el sentido de que soy muy diferente a todos (por ello odio con toda mi alma que me digan "él/ella es como tú). Mientras que los demás parecen preocuparse ficticiamente por una sociedad -en el fondo son todos unos egoístas, entre las que me incluyo- yo simplemente le doy la espalda a todo aquello que no me interesa. ¿Me importa lo que piensen de mí? La respuesta es más que obvia.

Otra cosa de la que llevo tiempo queriendo escribir es sobre las ofensas. ¡Qué coño! La vida, entre otras muchas cosas, es un constante "alguien me ofende (queriendo o sin querer) y yo ofendo a alguien (queriendo o sin querer). No creo que sea correcto molestarse por cosas que uno mismo se ha ido buscando, teniendo en cuenta que no vivimos solos y siempre va a haber alguien más perjudicado que otro con las actitudes que tomamos. 
Aunque cuando hablamos de orgullo, el tema cambia de color. Hay personas que tienen su orgullo extendido más allá de las fronteras. Cada cual tiene su tipo de orgullo, ahí no me meto. En cuanto al mío, es algo peculiar, en el sentido de que está ahí de barrera entre mi físico y mis pensamientos. Me agarro a la idea de que el físico, al fin y al cabo, está para llevarte a alcanzar las cosas que mentalmente no puedes conseguir. Sin embargo, me odio profundamente "in the way I'm made". No me gusta mi físico y ahí es donde entra mi orgullo (el cual siempre va a tender a protegerlo por encima de lo que yo piense de él). En el momento que a alguien se le ocurre herirlo, vamos mal. El ataque que puedo lanzar puede variar entre la mordida de un pequeño lagarto hasta la mordida de un tiburón. (Aunque ataques graves sólo se han dado cuando mi autocontrol se estaba tomando un descanso y dio la casualidad de que alguien me calentó las narices en ese preciso instante- pocas veces, muy pocas-).


En conclusión a todo esto, sigo propagando mi mensaje hippie de "paz y amor", que no hay nada que me agrade más que una sociedad donde todos se comprenden y se toleran mutuamente.Dejando esta utopía, sólo me queda decir que estoy muy contenta con las personas que han elegido rodearme y ayudarme a crecer como persona. Realmente los quiero.

PD: El título, evidentemente, no viene para nada a cuento. ¡Que el Reich os acompañe!

6.04.2012

How glad I am with you. Despite all the stupid things we've done, we keep together and due to this I'm pretty sure our love is growning more and more. All your body and your face are my treasure, I'm so yours.
Days such as today can make me happy all my life.