5.19.2015

An old fragment

Yo sé que no existes, y aún así te veo. Tu mirada salvaje y tu expresión risueña palpitan calidamente en mi retina. Hay recuerdos que no se olvidan.

Tu alma es música, a veces salvaje e indomable, otras veces un paseo sereno de unos delicados dedos por una triste guitarra.

Y sigue palpitando tu visión en mi cabeza, pálida tu piel, te reflejas en mi tristeza. No puedo olvidar la forma en que te ríes, mi cabeza tenía su sitio en tus hombros, nuestros abrazos encajaban. Cada vez que me abrazabas, cerraba los ojos y se derrumbaban las paredes, haciéndome sentir la luna, imaginándola brillar en tus mejillas.

Como si no hubieran rodado lágrimas. Vainilla. Puta vainilla.